jueves, 4 de diciembre de 2008

La Profecía: Episodio 8

- Fantástico, ahora cosas que vuelan –Rezongaba Bróderik para sus adentros, afilando furioso su hacha.

Lo cierto es que la moral del grupo estaba algo tocada. Apenas llevaban 10 horas allí, y habían perdido un compañero y las sillas se lanzaban hacia sus cabezas. ¿Qué sería lo próximo?

- ¿A vosotros como os convencieron de que vinierais a esta misión? –Rubénidas habló a todo el grupo- A mí el pregonero de Manifiesto me entregó una carta.

- A mí también.

- Y a mí.

Hubo un asentimiento general.

- Supongo que nos eligieron por nuestro aspecto –Dijo Eire- Quiero decir, que vamos armados, y parecemos fuertes, al menos comparados con el resto de habitantes de Manifiesto –Añadió al notar las miradas de todos- El caso es que ahora no podemos rendirnos, eso sería de cobardes.

Bróderik asintió. Parecía que ya había olvidado el mal trago del fantasma de Lord Arrakis y de su huída. Rubénidas estaba un poco más allá, a punto de volverse loco con el chirriar que provocaba el enano mientras afilaba su hacha, pues no podía concentrarse para repasar los conjuros de su libro. Los magos, en Mendeliah, el mundo que habitamos, necesitan estudiar a diario sus conjuros, pues en cuanto los lanzan, su conocimiento escapa de sus mentes y, por lo tanto, olvidan el hechizo de forma inmediata. Por ello, siempre tienen que cargar con pesados libros. Los druidas, sin embargo, obtienen el poder de la naturaleza, por lo tanto no tienen esa limitación, así como los hechiceros, que obtienen su poder del maná que flota en el aire, rodeándonos a todos. Los hechiceros simplemente canalizan ese maná. Por desgracia para ellos, eso provoca que el número de hechizos que dominan es muy pequeño en comparación con los magos, pues ellos pueden llegar a conocer cientos (tantos como escritos en su libro) y los hechiceros apenas conocerán un puñado de ellos.

La noche siguió avanzando, y dieron las tres de la madrugada. Cuando los ecos de la última campanada se disiparon, unas carcajadas fantasmales resonaron en la estancia, y una horrible voz se metió en los tímpanos de los aventureros.

- ¡OS LO ADVERTÍ! ¡AHORA, MORIREIS!

4 comentarios:

Marinel dijo...

¡Caramba! ahora esa fantasmagórica voz de ultratumba...
Misterioso es que los escogieran,aunque quizá tenga razón Eire y sea por su aspecto embravecido.Sin embargo,sigo pensando que todo tiene otra explicación...
Y el misterio continua...
Te sigo, amigo Elessar.
Un beso.

Leznari dijo...

Hola elessar!!!
primero agradecerte el regalito que me has hecho, ya lo he guardado en mi baúl y pronto lo sacaré para hacer uso de él en mi rincón.
He estado unos días con problemillas como ya sabes!!! casi estoy de vuelta y me pondré al día con tus relatos.
Hoy solo queria darte las GRACIAS por todo.
Un besito.
LEZ

Esther dijo...

¡que susto la voz! espero que no se cumpla lo que dice.. besitos

Maese Trancos dijo...

Weeeee, queremos más episodios de la profecía pliiiisss. Un rebeso