martes, 11 de noviembre de 2008

La profecía: Episodio 3

Todos avanzaban más o menos en silencio. Más o menos porque el enano Bróderik parecía un pequeño tanque, con su respiración pesada y sus machaconas botas golpeando el suelo.
- Mi querido amigo -La elfa Idril se dirigió a él, poniéndole una mano en el hombro- Por favor, intenta hacer menos ruido, no queremos atraer hacia nosotros a todas las bestias del bosque.
Dûnnor, su lobo, gruñó entre dientes, provocando que Naaron decidiera que un par de metros más de separación entre ellos no estaría de más. Por su parte, Bróderik masculló algo acerca de los elfos e intentó hacer menos ruido. Ni que decir tiene que fracasó estrepitosamente.
Eire y Ragnar parecían haber congeniado bastante bien y se encontraban un poco más adelantados, intercambiando historias. Finalmente, algo cansado, Rubénidas se dirigió al grupo:
- Chicos, la noche se nos ha echado encima, quizá deberíamos acampar y pasar la noche - Sacó un mapa que les había entregado el hombre que les leyó su cometido. -Según el mapa del mayordomo de Lord Arrakis II, ya hemos recorrido más de la mitad del camino.
- Si, si -Naaron sacudió la cabeza expresivamente.- Hagamos una hoguera a un lado del camino.
La elfa torció el gesto al oír estas palabras. Idril era una druida en busca de la aprobación del Gran Druida. Es por ello por lo que estaba viajando en este instante. Como elfa, amaba los bosques, y como druida ansiaba protegerlos. No obstante, su sentido común la empujó a no crear conflictos entre ellos y a ayudar a recoger leña seca, disculpándose con el alma del bosque.
Una vez la hoguera estuvo crepitando en la oscuridad, la bárbara Eire se encargó de asar unos conejos que ella misma había cazado. Rubénidas, por otra parte estaba inmerso en la lectura de su libro de conjuros.
- Vaya amigo, que leéis. -Naaron se inclinó sobre el libro, intentando ver algo- ¡Magia! Sois un mago pues.
- Efectivamente -Contestó molesto Rubénidas- Necesito estudiar mis conjuros a diario, de lo contrario no podría lanzar ningún hechizo. Es muy importante para mi, pues, poder concentrarme en mi estudio por lo que si...
- ¿Qué ha sido eso? - Ragnar se puso tenso de repente- ¿Lo habéis oído?
- Dios mio, mirad -Naaron señalaba a la espesura, desde donde seis pares de ojos rojizos les miraban desde el cobijo de la oscuridad.

4 comentarios:

josef dijo...

Uyyy que miedo esos ojos rojizos! Ya empiezan los problemas. Saludos!

Marinel dijo...

Demasiada paz parecía inundar el camino...tanto silencio, en el que el máximo ruido era el proveniente de Bróderik y su resollar, no era normal...
La noche se ha cernido sobre ellos y en la noche salen los seres malignos...¿o no?
Sigamos prestando atención...
Besos.

Leznari dijo...

Me encanta Eire.
Buena convinación entre Elfa e Idril.
Saludines ;)
LEZ

Esther dijo...

mmm ¿de quien serán esos ojos? ¡que intriga!